domingo, 9 de octubre de 2011

PREPARADOS PARA LA VIDA, PREPARADOS PARA LA MUERTE



Han pasado más de cuatro meses desde que Gonzalo Min nos dejó.

Leo, a veces hasta con desesperación, relatos sobre pérdidas, duelos... Todas ellas experiencias vividas llenas de un sentimiento de vacío y de intentos de superación del dolor.
Tengo momentos en los que necesito pararme, apearme de todo.
Pienso en mi vida y en mi circunstancia. Pienso en todo lo que me ha pasado en estos 44 años. En toda la gente que ha pasado por mi vida y en todo lo que me han aportado.
Me dicen que soy fuerte…
No sé lo que me pasa. A veces creo que ya no me queda nada por pasar. Otras veces todavía siento como que estoy viviendo una vida que no es la mia,, que esto no me puede estar pasando a mi. Soy muy consecuente con todo lo que hago y digo,, y sin embargo no entiendo por qué actúo de una forma tan fría. ¿O acaso solo es de puertas afuera??
¿Porqué a veces me encierro para gritarme en silencio??
¿Por qué yo no puedo encontrar consuelo en la otra vida? ¿Por qué yo no creo en dios?
Son muy pocas las personas que me pueden entender.
Recuerdo una mañana, unos dias antes de ingresar a Gonzalo. Estábamos desayunando. Pensé en la posibilidad de que algo saliera mal. Y le vi, su cara, su sonrisa, sus ganas de vivir. No podia pasar nada malo. Gonzalo entró en nuestra vida por la puerta grande y no podia irse así, tan pronto,, con todo lo que por fin habia conseguido. La mejor de ellas, una familia que le adoraba.
Nada podia salir mal. Si la primera vez salió adelante con todo lo que tenía en contra, la segunda vez seguro que darían con la solución. Y yo lo vería correr, y jugar con la pelota. Yo vería en él a un niño normal y casi sano.
“-Te lo prometo, mi vida.. “
Por qué me castigo con esto,, si no estaba en mis manos,, por qué le he hecho promesas que no he podido cumplir?
Esta noche pensaba en cuantas familias podian haber truncado su adopción de pasaje verde por culpa de nuestra circunstancia.
Cuantos expedientes estaban a punto de ser asignados y se han vuelto al cajón del olvido.
Esto es una flagelación en toda regla, pero si confesara todos mis castigos, más de uno pensaria que me estoy “autotrastornando”.
Estaba preparada para todo lo que me deparara la vida.
Me estoy preparando para lo que me depara su muerte. Si, su muerte,, voy a escribirlo.
Gonzalo Min ha muerto.
Qué frase tan horrorosa.
Intentaré mirar al cielo, intentaré creer que está allí.
Natalia y Marta lo creen firmemente.
Natalia con alegria le busca.
Marta con pena le recuerda.